Preparar a un niño para una sesión fotográfica en el estudio puede ser un desafío, pero aquí te dejo algunos consejos para hacer que el proceso sea más fácil y divertido tanto para el niño como para el fotógrafo:
Habla con el niño antes de la sesión: Es importante que el niño sepa qué esperar en la sesión fotográfica. Explícale lo que va a suceder, cuánto tiempo tomará y cómo deben comportarse.
Prepara al niño físicamente: Asegúrate de que el niño esté descansado, bien alimentado y vestido cómodamente. Si es posible, evita programar la sesión en horas en las que el niño normalmente está cansado o hambriento.
Lleva juguetes o elementos que lo hagan sentir cómodo: Llevar sus juguetes favoritos, almohadas o cualquier objeto que le haga sentir cómodo y en confianza puede ser una gran ayuda para que el niño se sienta relajado y cómodo durante la sesión.
Permítele interactuar con el fotógrafo: Permítele al niño conocer al fotógrafo y establecer una relación de confianza antes de la sesión. Esto hará que el niño se sienta más cómodo y relajado durante la sesión de fotos.
Haz que la sesión sea divertida: Asegúrate de que el niño se divierta durante la sesión. Pídele que haga algunas poses divertidas, juegue con algunos juguetes, o que cuente chistes mientras se toman las fotos. Esto ayudará a que el niño se sienta más cómodo y relajado.
Sé paciente: Recuerda que los niños pueden ser impredecibles. No te frustres si el niño no está cooperando como esperabas. Sé paciente y busca maneras creativas de involucrar al niño en la sesión.
Siguiendo estos consejos, puedes hacer que la sesión fotográfica sea una experiencia agradable y divertida para el niño, lo que permitirá al fotógrafo capturar las mejores fotografías posibles.